Tenía 39 años aquella tarde-noche de hace ya más de tres décadas.
Posiblemente ningún otro concierto, ni disco, película o serie de televisión resumió mejor lo que fueron los ochenta que Live Aid, el evento musical que se celebró el 13 de julio de 1985.
Veinte minutos de delirio
Pero no solo fue la avasalladora presencia de Mercury lo que hizo que su actuación pasara a la posteridad. Los 20 minutos que Queen tomaron el escenario (estaba estipulado un máximo de 18 por banda) fueron la sinopsis perfecta de un concierto de rock: baladas, ráfagas cañeras, cánticos para corear.
Salieron, con rapidez desde el lado derecho del escenario, conscientes de que tenían poco más de 15 minutos. Brian May, con su inconfundible melena de león y Freddie Mercury, con su camiseta de tirantes blanca, su cinturón negro con púas y su jean decolorado subido casi hasta el ombligo que estilizaba su -entonces- fibrosa figura, aparecieron frente a los 74.000 espectadores que abarrotaban el Wembley.
Caminando al otro extremo, Freddie agita sus brazos para animar a los asistentes que ya estaban deleitados con su presencia. Va al piano, se sienta y empieza a calentar para luego dar inicio a Bohemian Rhapsody y al descontrol del público.
Luego de Radio Ga Ga, ocurre el momento mágico que hasta ahora recuerdan los afortunados fanáticos presentes en el recinto: la improvisación entre Freddie y el público. Queen prosiguió con Hammer To Fall, derrochando descontrol en el escenario y colgandose una guitarra, Crazy Little Thing Called Love, ese tema que suena a viejo rock and roll dedicándosela a las “hermosas personas presentes” esa tarde.
El clímax, y las palmas al ritmo de la música, llegó con un breve coro de We Will Rock you. La banda, consciente de ello, regaló We Are the Champions y el Wembley no dejaba de moverse de izquierda a derecha.
Freddie se ganó a los asistentes sin necesidad de un discurso. “Lo que más me gustó fue ver al público sintiéndose parte del show. Cuando cantaba, era increíble”, reveló Mercury tiempo después en un documental.
Efectivamente, habían sido los campeones. Mientras algunas viejas glorias se habían juntado sin ensayar, Queen dedicaron una semana entera a preparar la actuación en el teatro Shaw, de Londres, según cuenta el asistente personal de Mercury, Peter Phoebe Freestone, en la biografía del cantante. “Nadie se lo había preparado, excepto Queen”, comenta Pete Smith, coordinador del concierto, en el mismo libro.
Todo el público coreaba sus canciones, él se venía todavía más arriba. “Era el escenario perfecto para Freddie: el mundo entero”, comentó el impulsor del concierto, Bob Geldof.
Bob Geldof y Live Aid
Bob Geldof, un cantante, compositor, actor y activista político irlandés. En 1985 creó la fundación "Band Aid Trust", pero es reconocido por haber organizado, en 1985, la gala Live Aid, la que financio dicha fundación. El magno evento se planeó para ayudar a los niños necesitados de África (Etiopía y Somalia), inspirada por un documental de 1984 de la BBC sobre el hambre en Etiopia. Dos conciertos realizados el 13 de julio de 1985 de forma simultánea en el Estadio Wembley de Londres (Inglaterra) y en el John F. Kennedy Stadium de Filadelfia (Estados Unidos).
Ese día, Geldof logró juntar a grandes nombres del rock como Led Zeppelin, Mick Jagger, Duran Duran, Bob Dylan, U2 Paul McCartney, Eric Clapton, Queen, Phil Collins, Tina Turner, David Bowie y Boy George.
No hay comentarios:
Publicar un comentario