miércoles, 17 de abril de 2019

JOSE LUIS MANZANO (1963-1992)




El fin del franquismo y los primeros años de democracia pueden ser recordados con Naranjito o con un limón roto junto a una jeringuilla. No son imágenes excluyentes. Pero el revival nostálgico de la infancia de algunos autores, editores, empresarios y políticos que ahora explotan comercialmente sus buenos recuerdos, se impone generalmente sobre la España de calles sin asfaltar y heroína que fluía veloz por las venas de una parte de la juventud sin futuro de aquellos años. Fue lo que retrató Eloy de la Iglesia: Navajeros, El Pico, La estanquera de Vallecas. Lo llamaron cine quinqui a pesar del autor que unió su destino artístico a un actor, José Luis Manzano, amor platónico salido de aquellas mismas calles que filmaba sin pudor el cineasta vasco. 
José Luis Manzano Agudo es probablemente el mejor actor y más representativo del género quinqui, a pesar de la limitada filmografía que realizó. Pese a su talento y su éxito, tuvo, en términos generales, una vida trágica y desgraciada. Sus rizos infinitos, su mirada atormentada y su sonrisa tímida también lo convirtieron en un icono sexual de la época, cuando por primera vez en el cine "para todos los públicos" llega la revolución de los desnudos masculinos.
 




José Luis nació en la villa de Vallecas el 20 de diciembre de 1962, aunque su D.N.I por error buromundano, el 30 de ese mismo mes, en el seno de una familia de inmigrantes de Toledo muy pobre. Es el menor de 8 hermanos y su madre pronto se ve desbordada por la situación. Nunca fue al colegio, pasando su infancia entre Vallecas y una parcela en Arroyo de la Gavia, por lo que no recibió ni educación básica, y con tan solo doce años ya trabajaba como mozo de carga de una taberna, a consecuencia de lo cual se astilla la columna y está hospitalizado durante meses. Precisa de varias operaciones para recuperarse, y sufre secuelas el resto de su vida como problemas circulatorios por eso no toleraba el alcohol, y el hachís le producía grandes colocones, que junto al tabaco rubio americano siempre llevaba consigo, a pesar de dicha secuela, en el 81 la cosa ya fueron palabras mayores.

Manzano fue un gran aficionado al fútbol. Jugó primero en La Unión, equipo de categoría juvenil de la UVA de Vallecas. Luego, tras mudarse a casa de De la Iglesia, en el Sporting de Arganzuela. También le gustaba el julepe, juego de cartas con el que participó en campeonatos, y los videojuegos: con su primer sueldo se compró una videoconsola Atari 2600. Además, tras probar la experiencia de conducir en los rodajes, se despertó en Manzano una afición por el motor, algo impensable para un hijo de la UVA. De la Iglesia le regaló una Derbi Diablo 80 CX5 roja. También era aficionado al cine, incluso antes de ser actor, y su género favorito eran las películas de kung-fu.


Eloy de la Iglesia, director y guionista de cine reputado, rompedor (y homosexual declarado), del que se dice que jugo con la heroina a mediados de los 80 cuandon tenía 40 años, pasea por los suburbios  de Madrid buscando chavales para su próximo proyecto: planea hacer una película basada en la vida del joven delincuente Jaro 'Navajeros' (1980). Dijeron en las entrevistas de la época que Manzano y de la Iglesia se conocieron en el casting que éste convocó para la película, pero lo cierto es que para cuando empezó el rodaje, que José Luis tenía 16 o 17 años, hacía ya dos que vivía con Eloy. Cada uno puede sacar sus propias conjeturas y hacer sus propias suposiciones acerca de estos hechos.


En cualquier caso, De la Iglesia subvenciona la educación de José Luis, que aprende a leer y escribir, si bien no con la suficiente soltura como para doblar su propia voz en Navajeros, por lo que es doblado por Ángel Pardo. Pero con vistas a que se doblara a sí mismo en el próximo proyecto que tenían en común, 'Colegas'(1982). De la Iglesia lo dirigió también en 'El pico' (1983), 'El pico 2' (1984) y 'La estanquera de Vallecas'(1987).
  Aunque apenas le dejó trabajar con otros cineastas. Solo hizo aparte 'Barcelona sud' (1980), de Jordi Cadena, en un pequeño papel y cambiando la crudeza barriobajera de Madrid por una Barcelona de extrarradio más sofisticada, y 'Los pazos de Ulloa' (1985), la miniserie de Gonzalo Suárez ambientada en la Galicia rural del siglo XIX.
En 1983, se dice que Manzano recibió la oferta de una beca en el mítico Actor’s Studio de Nueva York donde se formaron actores como Marlon Brando, James Dean o Robert DeNiro, que finalmente rechazó por el problema del idioma: aprender inglés se le presentaba difícil, tras haber aprendido a leer y a escribir tan solo dos años antes.
 El estilo digamos “realista” de De la Iglesia llevo a Manzano a aparecer desnudo en todas sus colaboraciones al igual que otros directores de los setenta y ochenta (también homosexuales, también controvertidos), parece orgulloso de enseñar lo que, según algunos, se lleva a la cama, al igual que Pasolini hacía con Ninetto Davoli y Fassbinder con Armin Meier.
La popularidad de Manzano atrajo la atención de los medios, llegando a ser portada en publicaciones como ‘Party’, una de las primeras del colectivo gay en España, donde se le presentaba como “un chico pasoliniano”. 
La mili supuso una ruptura en la carrera de Manzano. Una vez agotado el máximo de dos años de prórroga, fue llamado a filas a finales de noviembre de 1983. Tuvo que rechazar Playa prohibida (Enrique Gómez Vadillo, 1985) y una pequeña colaboración en la producción internacional The hit (Stephen Frears, 1984).

Tras el estreno de La estanquera de Vallecas, José Luis Manzano contrae matrimonio con una chica que conoció durante el rodaje: algunos dicen que a través del productor Ángel Huete; otros aseguran que se presentó en los estudios proclamando su amor por el actor. Sin embargo, el matrimonio dura tan solo unos meses y Manzano se ve atrapado en una espiral de droga y autodestrucción que le dejará en la indigencia en poco tiempo. Estamos en 1988.

 En este mismo año moría su compañero "Pirri", actor también en Navajeros, Colegas y El pico 2, a los 23 años en un descampado. Las drogas o el sida arrastrarían en los próximos años a Javier García (intérprete de Urko en El pico) aunque algunos se han preguntado  si bien, simplemente, se retiró del mundo de la interpretación, sin haberse encontrado, parece ser, una respuesta fiable..., Lali Espinet (Betty, en los dos Picos), se dice que murio en el Hospital del Mar de Barcelona a causa de una meningoencefalitis aguda que le había provocado el virus del VIH ,como también Jaume Valls (El pico 2) el gran Antonio Flores, ya sabemos el porque, entre otros… había perdido realmente toda relación con esta gente.




La vida de Manzano parece reconducirse por un tiempo de la mano de Pedro Cid, cura de Getafe que trabajaba habitualmente en la época con heroinómanos y enfermos de sida, procurando su rehabilitación y estabilidad en 1989. Gracias a Pedro Cid parece deshabituarse temporalmente de su adicción y trata de abrirse paso en el mundo audiovisual desde abajo, mediante algunos cursos o como becario en una productora de televisión en 1990, sin abandonar las esperanzas de una llamada y restauración en el cine. Logra por intercesión de Ramón Colom un puesto de becario en la productora Spinto TV.


Según el cura Manzano tenía una parte mística, misticoartística que formaba parte de su fondo bueno. Cuando estaba bien, José Luis era noble, era bueno, sencillo, humilde, volvía a sus orígenes de niño pobre… Tenía esa parte de belleza, de ingenuidad, de espontaneidad, de sensibilidad artística. Y aunque no había estudiado, él vivía las cosas de otra forma.


Tanto él como De la Iglesia, con quien mantenía reencuentros periódicos, habían sido marginados por la industria cinematográfica. Ya no interesaban ni su estilo ni las temáticas que abordaron. El cine español se había vuelto más 'clean'. Manzano fue considerado por la profesión actor exclusivo de Eloy de la Iglesia y drogadicto. En cuanto a Eloy  de la iglesia tuvieron que pasar muchos años para que fuera reconocido como un auténtico autor cinematográfico, y comenzaron entonces a lloverle homenajes y retrospectivas que él acogía con el alivio de saberse comprendido al fin.
En julio de 1991 Jose Luis es acusado de atracar a un peatón en la Gran Vía de Madrid, detenido y condenado ingresa en prisión, a pesar de no tener antecedentes penales, de Carabanchel, donde convive con drogadictos y enfermos de sida. En la prisión era muy respetado, pero no se adapta y sigue consumiendo drogas. Desesperado y angustiado acepta conceder una entrevista a un reportero para llamar la atención del mundo artístico. La entrevista se realizó dentro de la cárcel de Yeserías, donde Manzano cumplía condena en segundo grado, régimen de semilibertad. El primer reportaje fue publicado en la revista Interviú, en enero de 1992, contando su desesperada situación, arrepentimiento e inocencia por el delito del que había sido acusado. Manzano pedía una nueva oportunidad, afirmando que Pedro Cid, el cura de Getafe, y su madre eran las únicas personas que habían continuado a su lado. Finalmente apelaba al cariño de las personas, que consideraba necesario para su recuperación como actor y como persona.
En  Enero de 1992 Manzano accede a tercer grado y tras conseguir la libertad, decide volver a intentar  desintoxicarse y se cura con éxito. Y aunque seguidamente entra en un programa de reinserción de la Asociación Punto Omega, en Móstoles, lo abandona voluntariamente.



A pesar de su exito de querer curarse el 20 de febrero de 1992, su cuerpo aparece sin vida en un piso de la calle Rafael del Riego de Madrid, propiedad de Eloy de la Iglesia. El joven había se había refugiado en el lugar 48 horas antes, a la espera de viajar a Sevilla para trabajar en Expo 92. La autopsia reveló que su muerte fue de naturaleza violenta, habiéndose encontrado los principios de la heroína y otros tóxicos en su sangre, orina y órganos vitales.

Fue enterrado, el 22 de febrero de 1992, en el Cementerio Sur de Madrid. De los gastos de su entierro se hicieron cargo los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid. En 2002, sus restos fueron incinerados y arrojados al cenicero común por impago de la renovación de la sepultura.


El zaragozano Eduardo Fuembuena desgrana en Lejos de aquí, (Uno Editorial) la generación perdida de los años ochenta —el lado oscuro de La Movida madrileña y sus conexiones con el cine. Lejos de aquí, como la canción de Antonio Flores contenida en la película Colegas, define a los particulares de una época.












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