miércoles, 9 de agosto de 2017

ALEX FORRIOLS

Álex Forriols, un chico con fuerza a la par que entrañable. Dicen que es tranquilo, amable, generoso y perseverante, es tímido y observador, pero algo despistado. Es una persona muy cercana que sabe escuchar y que valora la transparencia, es ese chico con pinta de buen chaval y sonrisa cautivadora. Un chico de lo mas natural  le gustan los animales, en su tiempo libre acostumbra a estar con sus animales (Nala), jugar a la videoconsola para combatir el estrés, fan de la trilogía de 'El señor de los anillos'.






















Es un buen ejemplo de artista que partió de cero y que no duda en trabajar todo lo que sea necesario para vivir de lo que le gusta. Que es sobre todo la música, pero también la interpretación, porque aunque se considera sobre todo cantante, también trabaja ocasionalmente como actor. Hace once años (hoy tiene 32), dejó su Valencia natal y se fue a Madrid, consciente de que es donde más oportunidades encontraría, atraído en concreto por el universo de los musicales, que entonces era lo que más le llamaba la atención y lo que mas ha hecho al día de hoy. Musicales de reconocido prestigio como Hair, Hoy No Me Puedo Levantar, Forever King of Pop y The Hole.





Comenzó cantando en varias orquestas a lo largo y ancho del país, hasta que posteriormente se le presento su primera gran oportunidad fue con el musical Hoy no me puedo levantar, basado en la música de Mecano, en 2007. En este musical se dió cuenta lo que realmente era el mundo dela musíca. Y para él, que afirma no estar especialmente interesado en la fama, fue la mejor manera de empezar a construir su camino. “He tenido suerte de empezar desde abajo, me parece vital para un artista. Mejor que convertirse de repente en una estrella, porque te pierdes un aprendizaje que viene muy bien, a todos los niveles”.








En 2011 tuvo su primer gran flirteo con la popularidad masiva cuando concursó en Operación Triunfo. Unos años antes participó en un programa llamado Gente de primera, también en La 1; su madrina fue Ángela Carrasco, pero no era algo de masas como OT, fue su primer contacto con los talent shows. Protagonizó un número de alta tensión homoerótica, versionando Fever de Adam Lambert, que, desde luego, no pasó desapercibido. “En aquella edición de OT se soltaron un poco la melena, hubo más libertad. No en el sentido de que cada cual pudiera exteriorizar lo que era, o su condición sexual, eso no tenía nada que ver; en el sentido de que se iba a mostrar realmente de lo que iba cada canción”.  
Fever sugería que el intérprete era un hombre lascivo con un esclavo a su pies, y así se mostró, con el coreógrafo Marco da Silva, al que le pidió que bailara con él porque le hacía ilusión, entregado a hacer de Álex ese joven coqueto y dominante. “El número parecía de un show de una gran diva, muy Britney”, recuerda entre risas. Se entregó como asegura que lo hace en cada proyecto, tenga un componente gay como en esa ocasión o no. “Era trabajo, y así me lo tomé".


Su Fever se pudo entender como una salida del armario a lo grande, en prime time; él ni se planteó que alguien pudiera verlo así. “No es que con esa actuación dijera ‘Hola, soy Álex y soy gay’. Nunca veo así mi trabajo. Ni siquiera cuando he actuado en el Orgullo o en discotecas de ambiente. Lo importante es hacer siempre tu trabajo lo mejor posible. Y si en aquella ocasión tocaba restregarse con un chico, pues lo haces”. Lo que más feliz le hace es que quedase como un número importante en la historia del programa. “Porque nunca se había hecho algo así. Homosexuales ha habido en todas las ediciones, digo yo... por estadística”, y se echa a reír. “Me parece que estuvo muy bien que se viera una actuación así. Para contribuir a huir de los estereotipos de los que se tira demasiado aún para representar a los gays en televisión”. Importante decir también que quedo el segundo de esa edición y grabó la canción de Fever en estudio.
                       







Ha trabajado en shows teatrales de éxito como The Hole, y el año pasado decidió presentarse a un nuevo concurso televisivo, La Voz. Después de que se lo pensara durante tres ediciones. Malú fue la primera sorprendida en las audiciones a ciegas al descubrir que su voz no era la de una mujer, como pensaba antes de verle. “Jugué con eso, lo convertí en mi leitmotiv en el programa. También para luchar contra las etiquetas que se nos ponen a los cantantes. Sí, tengo voz de mujer al interpretar, pero no la actitud, no siento que tenga una naturaleza femenina”. No logró hacerse un hueco en la final, pero está contento de su paso por el programa. 


















Lo que nunca ha querido Alex es etiquetarse como ‘chico OT’ o ‘chico La Voz’ a la hora de venderse por lo que se presenta con su talento independientemente de lo que haya hecho. Su última gran aventura musical se llama Florida Retiro, una sala de fiestas madrileña que ofrece los fines de semana cenas-espectáculo en las que él participa y aunque no se  pueda requerir su atención plena porque el público está cenando mientras actúa él está contento, porque le parece un espectáculo muy bueno. Le gustaría impulsar una carrera como solista, pero asegura que, tal y como están las cosas, no es en lo que quiere focalizar sus energías. “Si viene, vendrá”, dice. “Mientras los proyectos que surjan me hagan feliz, no pido más. Prefiero estar bien conmigo mismo que perseguir la fama”.













                                       
  Actualmente a Alex lo podemos ver en un concurso donde a modo de crítica parodian la actualidad de políticos personajes famosos y no tan famosa. Como le dijeron uno de los del jurado hace las actuaciones a la perfección en todos los aspectos, no es para menos.





                                                                                   "Por favor, qué sensación, de tanto armario huelo a bolitas de alcanfor. Yo era de la KGB y ahora soy de la Carrá. Viva Madrid y su World Pride, que aquí he visto yo misiles que en Rusia no los hay", ha cantado el artista valenciano, bailando la kalinka y rodeado de soldados rusos que servían como atrezo a un plató plagado de banderas del arcoíris y símbolos anti-Putin. Reinterpretando un clásico de Gloria Gaynor con una letra muy gay friendly.







No solo sus cualidades como actor y cantante llaman la atención del público; las fotos que sube a sus redes sociales en las que sale ligerito de ropa, han dado mucho juego incluso en los medios. En general se muestra encantado. “A la gente le gusta enseñar su cuerpo, o su cara o su perro. Yo lo hago todo”, dice entre risas. La única vez que no vio con buenos ojos que circularan fotos suyas fue cuando, a raíz de OT, alguien hizo públicas fotos suyas con diecisiete años. No fue tanto por salir en calzoncillos; es porque era menor, se le notaba que era un niño. Fotos que había mandado de forma privada, y tomó medidas para pararlo. Ahora no tiene ningún problema en que sus fotos circulen. “Están de lo más estudiadas... Aunque cada vez soy menos fan de subir fotos con poca ropa, también te lo digo”. Esperemos que no deje de hacerlo.












                                                                                                             Tuvo una época  de exhibicionista y se obsesionó con el cuerpo, y entonces, si por cualquier cuestión tenía que perder gym, se cabreaba.  Ahora ha encontrado el término medio; va los días que puede al gimnasio, pero sin que le vaya la vida en ello. Según él el mundo le dice que cuanto más delgado está, más guapo. Evidentemente, le preocupa su salud, estar bien consigo mismo, y para eso hay que cuidarse y jugar por el tipo de ejercicio que mejor se adecúe al tipo de vida de uno. Álex lleva una vida lo más sana posible porque también es lo mejor para su voz. “Nunca me llamó la atención beber, fumar o drogarme, menos mal”.











                                                                                 Ahora también aporta su granito de arena a la concienciación para llevar una vida sexual sana al participar en la webserie Indetectables, un proyecto de Apoyo Positivo cuya primera temporada, formada por cinco capítulos, está dedicada al VIH. “Me gustó que fuese un proyecto que no apostaba por un punto de vista dramático ni radical. Y que plantea muchos puntos de vista: el de la persona que tiene VIH, el de aquella que tiene miedo a lo que pueda pensar la gente, el del que hace prácticas de riesgo, el de los consumidores de drogas que pueden tener mayor riesgo de contagio... Al final, el mensaje queda claro: haz sexo con cabeza”.




Álex protagoniza, junto a Raúl Tejón y a Borja Maestre, el corto Renovarse o morir, dirigido por Antonio Hernández Centeno. Interpreta al clásico chulazo de gimnasio salao que en una chemsex –quedadas en que se combinan drogas y sexo– se lía con una pareja con la que termina formando un especial trío. “Los tres responden a estereotipos reconocibles; el mío es el típico pasao de vuelta que controla todo..., nada que ver conmigo. Sí lo interpreté con una naturalidad que es muy mía, porque está rodado como si fuese un falso documental”.

Es, sin duda, un acto artístico de activismo el que protagoniza Álex en Indetectables, que afirma que él no es tanto de reivindicar de un modo combativo como de buscar, siempre que se enfrenta a una injusticia, el diálogo ante todo. “Contraatacar nunca es la solución”, afirma. “Supongo que es algo que aprendes según vas madurando. Y hoy día se saca todo demasiado rápido de contexto, y se recurre demasiado a la agresividad”. Nada que ver con su forma de ser. “A mí me gusta apostar por la naturalidad, como decía antes, siempre. Y que cada cual sea como es”. Predica con el ejemplo.



  •          http://shangay.com/shangay/alex-forriols-2017-shangay-entrevista.mp4 






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